Los animales siempre han sido pasto de las supersticiones y muchas veces como mensajeros de mundos ocultos, adquiriendo especiales connotaciones cuando se sitúan en el medio marino.
Los animales siempre han sido pasto de las supersticiones y muchas veces como mensajeros de mundos ocultos, adquiriendo especiales connotaciones cuando se sitúan en el medio marino.
La inmensidad del mar y sus oscuros secretos siempre han animado a los marineros a buscar una ayuda extra para afrontarlo, además de su propia experiencia. Por eso es habitual que confíen su suerte a toda una serie de amuletos y talismanes de intangible efectividad para sentirse bajo su protección.
El papel del capitán a bordo debe ser el de una autoridad indiscutible, que no solo proporcione unas órdenes concretas a la tripulación, sino que también transmita la seguridad de que todo lo que exige es justo lo que se debe exigir.
Escuchar a bordo de una embarcación el desesperado grito de ¡Hombre al agua!, distingue sin duda a los marineros más experimentados que actúan sabiendo lo que tienen que hacer, de los nuevos grumetes, que solo corren despavoridos por cubierta.
En la mayoría de los mares y en todos los océanos, los efectos de las mareas son tan notables como necesarios para la renovación de la vida pero, ¿Quién tiene la culpa de estos vaivenes del mar?