El recientemente celebrado Campeonato del Mundo de motonáutica de la modalidad Endurance Class B, fue una excelente ocasión para ver algunas de las semirrígidas más espectaculares de competición de la actualidad.
La Federación Internacional, a través de la Federación Catalana de Motonáutica, convocó en aguas de Badalona el Campeonato del Mundo de motonáutica de la modalidad Endurance Class B, para cuatro categorías (Pro, Boat Production, S1 y S2), que reúne embarcaciones derivadas, teóricamente, de la construcción en serie de no más de 8 metros de eslora, aunque en su gran mayoría son prototipos desarrollados por los propios astilleros que en ocasiones los incluyen en su catálogo, aunque pocas veces se venden al gran público. Las categorías se distribuyen en función de la potencia instalada, entre 150 las más pequeñas hasta superar los 400 hp y con propulsión de uno o dos motores fueraborda o interiores.
Esta ha sido la primera ocasión que se celebraba una competición de esta categoría en todo el estado español, y la convocatoria se ha resuelto con un gran éxito de participación, con un total de 18 embarcaciones inscritas, lo cual significa el récord internacional para una competición de esta modalidad.
Unas difíciles condiciones
Inicialmente estaba previsto correr tres mangas con un recorrido de entre 35 y 60 millas cada una, dos el sábado y la final el domingo 20 por la mañana. Sin embargo, las duras condiciones de mar y viento obligaron a suspender la primera manga y a reducir el recorrido de la segunda, celebrada por la tarde a sólo diez vueltas sobre un circuito de 5,3 kilómetros que se situaba ante la playa de Badalona y su puerto, cuyo muelle exterior resultó una excelente grada natural abarrotada de espectadores, que disfrutaron de un gran espectáculo gracias a las complicadas condiciones de viento y con un oleaje entre marejadilla y mar de fondo, que provocó algunas averías e incluso pérdidas de motores, aunque sin accidentes personales.
Al eliminar una de las mangas, la carrera del domingo se convirtió en la definitiva, al ser también la de mayor longitud con un total de 12 vueltas sobre el mismo recorrido, por lo que los equipos realizaron un esfuerzo extra en unas condiciones de mar aún más difíciles que el día anterior, a pesar de que el viento había amainado bastante, ofreciendo un espectáculo increíble con continuos saltos y comprometidas pasadas en las boyas.
Las semirrígidas dominan y pierden
Un hecho que quedó evidenciado durante las dos jornadas de carreras es que las semirrígidas que participaron resultaron netamente superiores para navegar a alta velocidad en estas duras condiciones de mar, superando sin problemas a todas las rígidas, con preparaciones tan espectaculares como efectivas. Desgraciadamente las averías se cebaron en ellas y perdieron toda opción en las cuatro categorías que participaban.
La categoría más disputada fue la S1, en donde se sitúan los motores de mayor potencia y en la que los italianos Roberto Ruggieri y Andrea Ferrara, con una semirrígida Tecnolegno propulsada con un motor Mercruiser de 8 cilindros y 8.100 c.c. parecía la clara favorita después de ganar la primera manga con autoridad y encabezar la segunda cuando, a menos de media vuelta por el final, tuvo una avería mecánica y no puntuó, dejando de ese modo el camino libre para que los canarios Eugenio Falcón y Víctor Rivero ganaran la segunda manga y también el título mundial, a bordo de una lancha Phantom con dos motores Mercury de 150 hp, revalidando de este modo el mismo título de campeones del mundo que consiguieron el año pasado en Bélgica.
En la categoría S2 diferentes averías de varios participantes, debido a la gran dureza del mar, dejaron un reducido podium totalmente italiano, con Enrico Marani primero y Lucio Stefani segundo.
En la categoría Boat Production resultó ganador, por segundo año consecutivo, el italiano Maurizio Carando, con motor Suzuki, seguido de los españoles Rios y Ahmed, con motor Mercury y del espectacular equipo Celtic de los catalanes Carles Santaella y Toni Guinot, con una embarcación gallega Graünner y un motor fueraborda Suzuki de 250 caballos, en su primera intervención internacional.
Finalmente en la categoría Pro, limitada a motores de no más de 150 caballos, destaca el excelente resultado del equipo español Anytec de Ricardo Masabeu y David Tellez, que normalmente compiten exclusivamente en semirrígidas, que alcanzó el subcampeonato del mundo de la categoría con la única embarcación estrictamente de serie de todas las presentes, una Anytec 622 SPD de aluminio con motor Yamaha, justo por detrás del vencedor, el italiano Gabbiani, con un prototipo de BMC y motor Suzuki.
Afac. Fotos: Miquel Mallafré
