Fuegos de San Telmo

22 Abr 2020

Fuegos de San Telmo

Listado en Mitos y Mariner@s

 

Ya sea por su buen augurio o desgracia, los fuegos de San Telmo han condicionado siempre por diferentes razones el devenir de la navegación, a pesar que sea tan poco frecuente visualizarlos a bordo de nuestra embarcación

La definición técnica de los Fuegos de San Telmo es la de un fenómeno nocturno de la atmosfera que produce una fantasmagórica luminiscencia, principalmente en las perillas de los mástiles de los barcos, cuando se dan unas muy especiales condiciones relacionadas con las tormentas y la ionización del aire debido a un campo electromagnético que se puede originar espontáneamente.
En realidad, se trata de un fenómeno poco frecuente que solo algunos privilegiados suelen observar, al igual que puede suceder con las auroras boreales.
Su propia aurea singular y esquiva ha dado pie desde tiempos inmemoriales a múltiples Mitos y Leyendas que abarcan desde situar estos Fuegos como un buen augurio para la travesía, hasta considerarlos como la señal inequívoca de la muerte de un marinero en las siguientes 24 horas, si era iluminado directamente por este fenómeno. En ocasiones se creía que era el alma errante de marineros ahogados o un ángel que venía  a salvar su barco del temporal, e incluso el naturalista Plinio el Viejo consideraba que eran estrellas que venían a visitar el aparejo y que, si llegaban a caer en cubierta, la podían incendiar.
El nombre de Fuegos de Sant Telmo se puso en honor de San Erasmo de Formia, obispo y mártir cristiano, considerado como Santo patrón de los marineros, que según diversas leyendas antes de morir prometió que regresaría del reino de los muertos para salvarlos cuando peligrasen sus vidas durante las borrascas.
Una de las promesas cumplidas más conocida de estos Fuegos de San Telmo sucedió en uno de los viajes de Colón al Nuevo Mundo durante una fuerte tormenta en la que apareció encima de la gavia y se consideró como buen augurio; y es que según su hijo Hernando Colón, “Donde se aparezca, nada puede peligrar”.
¿Quién es el atrevido que va a buscar estos Fuegos de San Telmo?

Por Ricardo Masabeu

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