Buscando la Atlántida

29 Jul 2021

Buscando la Atlántida

Listado en Mitos y Mariner@s

Uno de los mitos más divulgados entre los grandes descubridores, habla de una isla oculta y ocupada por una avanzada civilización que un día fue engullida por el mar, a la que popularmente se conoce como la Atlántida.

Es cierto que la versión más divulgada que ha llegado a nuestros días, sobre todo a nivel literario, tiene su origen en los Diálogos de Critias y Timeo de Platón que, en este caso, sitúan a la misteriosa isla frente a las Columnas de Hércules, en el estrecho de Gibraltar, pero no debemos olvidar que esta mítica isla también existe en otras culturas, con sus particulares características, por lo que su posición exacta, en realidad, es un misterio que ha incentivado parte de su leyenda.
Existen defensores de que la Atlántida era en realidad Thera, la actual isla griega de Santorini, mientras que en otros hemisferios las apuestas se decantan por lugares tan diversos como la gran isla de Madagascar, bañada en África por el Océano Índico, o la isla perdida de Teonimanu, en las islas Salomón del Pacífico Sur.
En la mayoría de los casos, se decía que era la morada de dioses o de seres superiores que habían creado una avanzada sociedad en la que se mezclaba la magia con desconocidas tecnologías, que los convertía en inalcanzables sobre una isla-estado marcada por una riqueza tal que hasta su fértil suelo producía manzanas de oro.
La soberbia que generó entre los Atlantes sus grandes logros parece que fue también la causa de la mítica desaparición de la Atlántida afectada por algún terrible cataclismo enviado por los dioses del mar que la sumergió en sus profundidades.
Puede que muchas de estas islas mágicas relacionadas con la Atlántida, sean simple invención de los primeros y fantasiosos cartógrafos o de aventureros que buscaban patrocinadores a cambio de fabulosas riquezas, pero aún así, ¿Quién no ha soñado nunca lanzarse a la búsqueda de una isla mágica y llena de tesoros?. Tengamos en cuenta que finalmente el éxito de esta aventura no reside en encontrarla, sino en el enriquecedor camino que podemos vivir mientras la buscamos.
*Por R. Masabeu

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