Isla de San Borondón

09 Feb 2023

Isla de San Borondón

Listado en Mitos y Mariner@s

El archipiélago de las Islas Canarias esconde un paraje secreto que muchos dicen haber visto pero ninguno haberlo encontrado, como es la isla de San Borondón.
Denominada también como “La inaccesible” por la imposibilidad de situarla con exactitud en el mapa, esta novena isla Canaria (La Graciosa también lo es, oficialmente) tiene una larga historia de misterio, aderezada por leyendas de piratas y de expediciones perdidas en su infructuosa búsqueda.
Debemos buscar el origen de la isla de San Borondón en épocas como la Edad Media en la que los mapas del mundo se dibujaban sin más ayuda que las descripciones de los navegantes de cada zona, que eran sin duda inexactas  y afectadas por todo tipo de carencias en cuanto a su fiabilidad.
También hay que recordar en la historia casos documentados en los que algunos cartógrafos de infausto recuerdo han incluido en sus mapas falsas islas con el objeto de financiar expediciones o loar al mandatario de turno otorgándoles su nombre. Muchas de estas míticas islas inexploradas se siguieron reproduciendo durante siglos en diferentes mapas hasta poco antes de introducirnos en la época de las ayudas electrónicas a la navegación.
La isla de San Borondón, que unos sitúan al norte del archipiélago canario y los otros al Oeste de El Hierro, adquiere su nombre definitivo de San Brandan de Clonfert, un monje irlandés del siglo VI que, en pleno viaje de evangelización, desembarcó sobre una isla que en realidad era el lomo de Jasconius, el primer pez que pobló los mares. Su movilidad es precisamente la que justifica para los isleños canarios que esta misteriosa isla pueda aparecer a voluntad en distintos puntos del horizonte y, la mayoría de las veces, desaparecer cuando intentamos varar en ella.
La próxima vez que naveguemos por las Islas Afortunadas, ¿Será un moderno GPS suficiente para indicarnos con certeza sobre que isla nos encontramos, o preferimos dejarnos llevar por Jasconius a un viaje sin fin?
*R. Masabeu

 

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