Entre los más famosos mitos que envuelven el mundo del mar está el de un monstruoso cefalópodo llamado Kraken, que podía engullir embarcaciones de grandes dimensiones y que no se ha descartado del todo que haya podido existir.

Aunque en otras culturas antiguas también existen historias de grandes monstruos marinos, la figura del Kraken, la más popular sin duda gracias a libros y películas, proviene de la mitología escandinava y finlandesa que lo describen como una especie de pulpo gigante que surgía de grandes profundidades para emerger y atacar cualquier embarcación que encontraba a su paso, haciéndola zozobrar y desparecer a sus marineros.
Como indican las antiguas leyendas y las narraciones divulgadas en voz baja entre los marineros, el Kraken tenía el tamaño de una isla flotante, que dotaba a este cefalópodo de un lomo de unos 2,4 kilómetros.
Debido a este increíble tamaño, uno de los peligros más importantes de enfrentarse al Kraken no residía solo en el propio ataque con sus largos tentáculos que le permitían abrazar grandes buques de guerra, si no el potente remolino que originaba tras sumergirse de nuevo en el océano, que arrastraba al fondo todo lo que quedaba a su alcance.
Hoy en día el mito del Kraken sigue más vivo que nunca con el cambio climático y la tecnología que ha permitido acceder a las más grandes profundidades y conocer a sus habitantes, como los increíbles calamares gigantes que se han avistado e incluso capturado de más de 13 metros de envergadura y una tonelada de peso. ¿Serán solo retoños del Kraken?

Por Ricardo Masabeu