El pirata Barbanegra

09 Dic 2022

El pirata Barbanegra

Listado en Mitos y Mariner@s

La historia del temido pirata Barbanegra discurre indistintamente entre el Mito y la Leyenda, puesto que si bien vivió realmente en el siglo XVIII con el nombre de Edward Teach, se le atribuyeron en su momento poderes mágicos incluso después de su muerte.
Hábil y atrevido marinero, el pirata Barbanegra ganó su fama ayudado por su gran tamaño y la espesa barba negra que le crecía casi a la cintura y que decoraba trenzándola con cintas negras que la hacían aún más imponente, coronada por una prominente bandolera al hombro cargada con tres pistolas.
Desde el año 1716 la costa Atlántica americana y el Caribe  fueron asediados durante veintisiete meses por Barbanegra que se dedicó principalmente al abordaje de buques para robar su carga, en ataques que realizaba bajo la protección de las sombras al amanecer o al anochecer. Para acercarse a sus presas, enarbolaba primero la bandera de algún país amigo de la víctima que cambiaba rápidamente por el pabellón Pirata en cuanto estaba al alcance de sus cañones y sus garfios.
La leyenda de su crueldad se basa en el hecho de que si al inicio del ataque al barco la tripulación se rendía voluntariamente, se respetaban sus vidas, mientras que si osaban oponer resistencia la crueldad del pirata no tenía límites a la hora de exterminarlos.
Cuenta la leyenda que en 1718, Barbanegra se retiró a su refugio favorito de la Isla Ocracoke, frente a Carolina del Norte, donde después de una descontrolada fiesta pirata de muchos días, se tuvieron que enfrentar a dos buques de la Marina Real, de los que escapó hábilmente con su velero “La aventura” por un estrecho paso junto a la orilla en el que quedó encallado después de una cruenta batalla el barco perseguidor. Cuando los piratas se dirigieron a abordar el barco vencido la tripulación, oculta bajo cubierta, entabló una sangrienta lucha que acabó cuando Barbanegra fue finalmente abatido tras recibir seis disparos, múltiples cortes y ser degollado, antes de dejar de luchar.
Ante tal resistencia vital y para demostrar su muerte, se optó por decapitar a Barbanegra y colgar la cabeza del bauprés, tirando su cuerpo al mar, momento en que se cuenta que la cabeza gritó “¡Vamos Edward!” antes de dar tres vueltas al barco nadando y desaparecer bajo las aguas.
Desde entonces hasta nuestros días la isla de Ocracoke se cree encantada por extrañas luces que parecen venir de la orilla y que se atribuyen al pirata Barbanegra que sigue buscando su cabeza.
Para no perder la cabeza en zonas de poco calado, como el pobre Barbanegra, ¿no sería mejor dejar guardado el escandallo y utilizar una moderna sonda?.
*Por R. Masabeu

 

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