Bautizo protector

05 Mar 2021

Bautizo protector

Listado en Mitos y Mariner@s

Para afrontar los peligros del mar con garantías, no es suficiente con disponer de una buena embarcación, sino que también debe haber sido bautizada en su botadura y consagrada ante los diversos dioses protectores.

Todo el mundo tiene presente la imagen del bautizo de una embarcación rompiendo contra su casco una botella de cava o champagne, entre tantos otros licores. Se trata esta de una antigua tradición arraigada en todo el mundo, aunque con sus diversas versiones, que deriva de la costumbre de verter vino tinto, cerveza o hidromiel antes de la primera travesía como presente para los dioses marinos a los que se pedía su protección.
De hecho, existían tradiciones algo más extremas como las escandinavas de ciertas tribus vikingas, en las que el barco era regado con sangre de sus prisioneros, ya sea en cubierta o haciendo pasar la quilla sobre ellos a la hora de botarla.
Entre estos ritos también resulta de suma importancia la elección del nombre que puede determinar una larga vida de navegación o un aciago futuro. Esta decisión es también primordial porque está totalmente desaconsejado cambiar el nombre de un barco después de haber sido bautizado, bajo pena de sufrir inciertas calamidades.
Curiosamente, entre la ruda comunidad de piratas estas prohibiciones no tenían lugar, pues ciertos nombres como “Tormenta” o “Tifón”, entre muchos otros, buscaban especialmente aterrorizar a sus víctimas. Por otra parte, el cambio de nombre era moneda corriente cuando el barco que había sido presa de los piratas había visto pasar al capitán o a su armador por la quilla.
¿Y nosotros? ¿Seremos capaces de explicarle a nuestra pareja porqué no podemos poner su nombre a nuestro nuevo barco, o tendremos que esperar a ser atacados por piratas para cambiarlo, si la relación no acaba bien?
*Por R. Masabeu

  • Compartir